Entre las actividades desarrolladas el año pasado, se hizo la remodelación de la Sala de Arte Público Siqueiros y que aún falta por concluir la restauración de los murales de la misma.
La rehabilitación del centro cultural La Tallera, en Cuernavaca, el último lugar donde trabajó el fallecido muralista mexicano David Alfaro Siqueiros, será llevada a cabo por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), informó hoy aquí la directora general de este organismo, Teresa Vicencio Alvarez.
Agregó que asimismo se digitalizará el Archivo Siqueiros y se restaurarán completamente los murales de la Sala de Arte Público Siqueiros. Vicencio hizo tales anuncios durante el acto celebrado en la tumba de Siqueiros, que se localiza en la Rotonda de las Personas Ilustres, del Panteón Civil de Dolores, con motivo del 36 aniversario de su muerte.
La funcionaria comentó que “Siqueiros pertenece a esa joven generación que en los albores del siglo XX se enfrentó a la creación de artes plásticas en México, de un arte ligado a los problemas de la nacionalidad y del pueblo”.
Añadió que entre las actividades desarrolladas el año pasado, se hizo la remodelación de la Sala de Arte Público Siqueiros y que aún falta por concluir la restauración de los murales de la misma.
La titular del INBA expresó también que dicho homenaje significa un compromiso renovado por mantener su legado vivo, como gran artista visual y promotor comprometido con México.
Hoy, al significado propio de esta ceremonia, se añade el que le da este año emblemático para México, en el que conmemoramos, además del Bicentenario de la Independencia Nacional, el Centenario de la Revolución Mexicana, comentó.
Siqueiros pertenece a esa joven generación que, en los albores del siglo XX, aún antes del sacudimiento social, se enfrentó al problema de la creación de las artes plásticas en México tomando las vías de un arte público, de un arte ligado a los problemas de la nacionalidad y del pueblo.
Así, cuando estalló la Revolución, transitó de modo natural de la rebelión estética a la rebelión social y política.
El maestro Siqueiros contaba: “Categóricamente dijimos: vamos a servir a la Revolución mexicana en proceso con la elocuencia de nuestro arte.
Vamos a ayudar a los obreros y campesinos de México a transformar el país, vamos a ayudar a los hombres de pensamiento libre a construir nuestra nacionalidad, vamos a independizar a México con nuestro arte, vamos a impulsar a las masas para que lo liberen, ayudadas también con la elocuencia de nuestro arte”.
No sólo con elocuencia, sino con acciones contribuyó Siqueiros a la Revolución. Se sumó a huelga para exigir la renovación del sistema de enseñanza artística y la remoción de los maestros porfiristas; participó en la conspiración de obreros y estudiantes contra Victoriano Huerta; se incorporó al Ejército Constitucionalista de Venustiano Carranza; y colaboró con el Dr. Atl en el periódico revolucionario “La Vanguardia”.
Fue el más claro representante de los que él mismo llamó los “artistas soldados” que necesitaba su tiempo, precisó.
Figuras como Siqueiros son, por ello, indispensables para entender el proceso cultural de la Revolución mexicana y la Revolución misma, manifestó.
En este sentido, preservar, investigar y difundir la obra de uno de los artistas fundacionales de nuestra modernidad, es un deber de nuestras instituciones culturales, particularmente señalado en este 2010, en que nos replanteamos el papel de la historia y la cultura en la formación de esta nación.
Esta es sin duda la ocasión más propicia para refrendar el compromiso del Instituto Nacional de Bellas Artes con la conservación y la valoración de su legado.
El año 2010 marca también un importante momento para la investigación y recuperación del pensamiento estético del maestro, en los que destaca el proceso de recuperación y replanteamiento museográfico que Argentina y Chile han emprendido alrededor de los murales que albergan del artista: Ejercicio Plástico, en Buenos Aires, y Muerte al Invasor, en Chillán, Chile.
El arte y el pensamiento de David Alfaro Siqueiros contienen muchas de las claves del siglo que se inició con la Revolución mexicana y que este año se cierra, comentó.
“A 36 años de su muerte, habremos de constatar, este 2010, su extraordinaria vigencia y su importancia para entender nuestro pasado y valorar nuestro patrimonio, pero también, sin duda, para reflexionar sobre el presente y construir el futuro de nuestra nación”, apuntó finalmente.
Siqueiros, llamado “El Coronelazo”, quien nació en 1876, en Ciudad Camargo, Chihuahua, y falleció el 6 de enero de 1974, es considerado como uno de los muralistas más relevantes del arte mexicano, junto con Diego Rivera y José Clemente Orozco.
Formó parte del movimiento revolucionario mexicano y se destacó por su brillante trayectoria pictórica en México y el extranjero.
Fue coronel (de allí que se le diga “El Coronelazo”) en la Revolución Mexicana, peleó en la Guerra Civil Española (1936-39), al lado de la República y fue un gran admirador del dirigente soviético José Stalin.
Entre sus obras figuran el Polyforum Cultural Siqueiros, la pintura “Nuestra imagen actual” y el mural “Retrato de la burguesía”, entre otros. En una ceremonia sencilla, miembros de su familia, admiradores y representantes de instituciones culturales nacionales realizaron este reconocimiento al invaluable legado que dejó el artista.
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